Desciendo por la calle madriguera contemplando el sol, el verdor y trato de adivinar la insípida brisa que hace revolotear mi cabello.
Poco después me sumergo a los infiernos del "
underground"
y buceo entre mares de cuerpos, almas y rostros... El Ipod es mi compañero por excelencia aunque suelo adornar ese lapso temporal leyendo lo que sea, trato de evitar mirar o que me miren. A menudo me percato de ojos que me acechan, pienso que tengo algo en la cara y paso la mano por ella tratando absurdamente de limpiar la nada. Si aún así continuo sintiendo la intimidación...me miro en los cristales e inevitablemente ya estoy sonrojada. Hace mucho que no encuentro a nadie conocido en ese mundillo tétricamente subterránero. Dudo si esto me provocaria ilusión o antagónicamnete desagrado, de momento mi incertidumbre quedará petrificada en la linea 1 por lo menos hasta julio.
Acércate.
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