Pasados dos meses desde la última vez que escribí...Ha llegado el calor sofocante de cada año, me compré un abanico , he tomado los primeros cocktails, he pisado arena y sumergido en aguas saladas . He vuelto a comunicarme con el mundo más allá de las letras subrayadas en colores florescentes, he dejado de atentar a mi calma nocturna que llegó a desaperecer durante semanas. Acabó mi época universitaria. He dejado atrás sonrisas y lágrimas que no volverán a darse tal y como ahora las recuerdo. He vuelto a exponer mi miedo y me desespera crear dicha incertidumbre en el aire. Me he deshecho de algunos libros con cierta reticencia, pero era estrictamente necesario. Seguramente sea la única de mi generación que aun conserva apuntes de cursos pasados. Supongo que será porque me gusta ver los reflejos de mi adolescencia en plena prosa caótica.
Ningún camino me condujo hacia una cama de rosas pero a veces volví a mi sueño privado , para evadirme de tanto en tanto a la felicidad. En él existe un momento, un amor, un sueño, un llanto, un beso , aciertos y errores . En él mis impulsos son jóvenes , esos que me hacen correr sin parar ni rendirme.Hoy queda un día menos para adjuntarle un nuevo compañero al núm 2, el cuatro .
