lunes, 28 de agosto de 2017

31 días, ni uno más ni uno menos

Dicen que bastan 21 días para hacer de algo un hábito. Y así como quien no quiere la cosa se alargó a 10 días más. Aunque en realidad estaba  más que cantado, ese ensayo-error de novedades estaba abocado estrepitosamente al fracaso:

Subió el telón y dio paso a entramados de juegos de azar y subastas en el mercado. Un lunes improvisado llegó el final de múltiples batallas en que unos ganaron y otros perdieron, o mejor dicho, unos salieron invictos y otros resultaron dañados. Todo lo que hubo por descubrir se conoció, todo lo que debía suceder ocurrió y todo lo que se imaginó quedó en una mera tentativa. Aterrizando en satélites tan perdidos como el reflejo de su silueta en la galaxia. Reafirmó que ya no estaba para los versos de Neruda. Hizo un testamento sobre la cuestión de ritmos basado en todo lo que aprendieron sus zapatos, que fue catalogado como insoportablemente lento. Recibió un arsenal de críticas invertebradas que añadir a las cicatrices malgastadas. Apedreando el zaguán de las causas inevitablemente perdidas. Esto desde un principio ya estaba perfectamente contemplado en la lista, pensó.

En resumidas cuentas, cualquier experiencia vivida  no fue un tiempo perdido, solo sirvió para disfrazar sus palabras con sonrisas de papel. Se despertó. Cerró el telón. Acabó el espectáculo y comenzó la mudanza tras ser embestida por una ola.







viernes, 25 de agosto de 2017

25 de agosto


¡Respeta mis derechos !
Años 90, tendría 6-7 años (Lima- Perú)
Hoy, 25 de agosto del 2017 llegó el cambio y cumplí 30 años (Barcelona- Catalunya)

Desde esa foto realizada curiosamente en la celebración del día del niño, han pasado ya más de dos décadas y fruto (o no) de la cuestión más abstracta existente, continuo alzando dicha pancarta en el sentido literal más puro. 
Hoy 20 años más tarde son ellos los cimientos de mi carrera profesional y el impulso hacia un futuro alentador.
No está en nuestra mano la confección del contenido terminológico de los derechos, pero si la interpretación de los mismos en aras de su vertiente más favorable. 
Podría afirmar sin lugar a dudas que los momentos agrios que haya vivido en mi  profesión, se han visto superado con creces por la sonrisas, los abrazos y las "gracias" de todos aquellos/as a los que aligeré o solventé puntualmente algo que les pesaba o preocupaba.

Quien lo hubiese dicho, quien hubiera pensado que aquella niña tímida y casi inexpresiva, hoy sería una inconformista, una luchadora, una soñadora, al fin y al cabo una alma altruista.

Siempre  recordaré y extrañaré mi infancia, hayan sido las que fueran las circunstancias siempre fui feliz.  Y así es el ciclo vital : Nueva cifra, nuevos proyectos, nuevos objetivos y muchos  sueños que surfear.

"Y celebrar que está viva explotando en libertad para sanar las heridas con pura electricidad y un grito alentador"


Gracias a todas las personas que han formado, forman y formarán parte de mi vida.