lunes, 19 de febrero de 2018

ciencias celestes e inciertas

Y sucedió,  sin anestesia suficiente, sin pre-aviso reglamentario, así sin más. Ocurrió su particular "big-bang" vital, ocasionado por un sinfín de acontecimientos estrepitosos. Tanta gente, tantas miradas, tantas conversaciones, tantas historias, tantas reflexiones, tantos deseos  y batallas llenas de vacíos.  Besos compartidos, robados o elegidos, señales perdidas, cicatrices sin heridas, bienvenidas  y despedidas que van de la mano en la misma avenida. Como si se trataran de revoluciones sensoriales atravesando un acelerador de partículas. Equivocaciones, trayectorias fallidas, caminos errados, etc. Dando pie a accionar el freno de mano, para iniciar un proceso de autoconsciencia-autoconocimiento-autodeterminación y autorealización.  Retrocediendo hasta su infancia, para buscar en sus coordenadas, encontrarlas y descifrarlas para proseguir desbloqueando las señales de los satélites y poder hallar los astros del presente.Todo ello como pequeñas lecciones de vida que debidamente dirigidas enseñan a crecer personalmente oyéndonos a nosotros mismos.
Ya decían algunos que los grandes cambios siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida. No es el fin del mundo, solo es el inicio de uno nuevo.
Era necesario ahondar en ese arsenal de debilidades que le frenaban, que limitaban sus emociones y su interacción personal.  Tras unas cuantas noches tempestuosas se dio paso a un despertar constante. Circunstancias vitales que  le pidieron dejar de hacer aquello que hacia  y que cambie de trayectoria, que innove, introduciendo la discontinuidad en su vida, haciendo algo inusual que ni conocidos ni extraños puedan entenderlo.

Entonces su universo se preparó y abrió las puertas a las cientos de razones que le llevó a investigar en su interior y exteriorizarlo, proyectando su "yo" hacia el mundo. Que podría denominarse EL ARTE DE VIVIR.

Gracias





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